Como todos los que estamos ante un departamente contable sabemos que vender no significa cobrar, y mucho menos en los tiempos en que vivimos en los que la tasa de morosidad supone un problema sumamente importante para los gestores de cualquier empresa. Y aun podemos añadir incluso que cobrar tampoco es sinónimo de disponer de fondos en el instante. La culpa de todo ello la tiene el «float» o «floating» (que algunos autores, han traducido literalmente como «flotación») del cual podemos distinguir dos clases:
- Float comercial: Es el período de tiempo (días) transcurridos desde el vencimiento de la factura hasta que se produce el cobro.
- Float financiero: Es el periodo que transcurre entre la fecha de ingreso en el banco del documento de cobro y la fecha en la que la empresa puede realmente disponer del importe líquido. El float financiero depende del instrumento de pago que se utilice.
El retraso en el cobro que se produce en la mayoría de las operaciones comerciales de una empresa puede ser de un par de días o de varias semanas. Un buen gestor del circulante de la empresa tendrá entre sus objetivos reducir el float tanto comercial como financiero de las deudas de clientes y deudores para acortar el plazo de cobro.
A continuación veremos un ejemplo práctico de float comercial y financiero:
El proveedor Arcadia S.L. realiza una venta a un cliente y acuerda un plazo de pago de 2 meses a contar a partir de la entrega de la mercancía, pero el cliente tiene como fecha fija de pago los días 5 de cada mes.
El proveedor hace la entrega el día 16 de mayo y emite la factura ese mismo día.
Como el vencimiento de la factura se pacta a dos meses desde la fecha de la factura, teóricamente sería el 16 de julio, pero al tener el cliente un día fijo de pago y este ser el día 5 de cada mes, el vencimiento de pago pasa a ser el 5 de agosto.
El día 5 de agosto el cliente envía por correo ordinario el cheque a Arcadia S.L.. El cheque llega al domicilio de Arcadia S.L. el día 12 de agosto. Además, vamos a suponer que la persona responsable de la recepción del correo se encuentra de vacaciones por lo que el cheque se queda junto con el resto de correspondencia esperando su clasificación. El día 19 de agosto la persona encargada vuelve a su puesto laboral y comienza a ponerse al día con la correspondencia que se ha recibido durante ausencia. Esa misma tarde abre la carta con el cheque y al día siguiente, 20 de agosto, es ingresado y contabilizado.
Finalmente la fecha de compensación de valor en cuenta es del 22 de agosto y a partir de esta fecha Arcadia S.L. puede disponer de los fondos en su tesorería.
La situación es que Arcadia S.L. ha percibido realmente el importe de la factura 98 días después de haber hecho la entrega de los bienes al cliente (37 días más que el plazo contractual).
Si analizamos el retraso total que se ha producido, vemos que 14 días corresponden al float comercial y 2 días al float financiero. Este ejemplo muestra que tan importante es una buena negociación en el plazo de cobro de los clientes como saber gestionar y dar prioridad en la gestión de los efectos para llevarlos a su cobro y negociar con las entidades bancarias el periodo de retención de fondos. Aunque el ejemplo que hemos mostrado puede parecer algo exagerado, no es tan lejano a la realidad de muchas pymes y en el que, como hemos visto, el proveedor cobra más de un mes más tarde del plazo teórico otorgado al comprador por culpa del efecto alargamiento, y eso teniendo en cuenta que en este ejemplo no se puede decir que ha existido morosidad por parte del cliente.
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