La profesión contable

Los escándalos financieros que han sacudido al mundo corporativo en las últimas décadas han llevado a la caída de gigantes empresariales, erosionando la confianza del público en la información financiera divulgada y en el desempeño de supervisores y auditores. Esta pérdida de fe no es un asunto menor; cada fallo reduce la confianza y no puede ser simplemente borrado. Sin embargo, estos errores también nos ofrecen lecciones valiosas. Al reconocer y examinar nuestras fallas, podemos transformarlas en aprendizajes significativos, abriendo caminos que de otra manera no hubiéramos explorado.

Algunos de los escándalos más importantes ocurridos en las últimas décadas. A pesar del sometimiento a auditoria de cuentas, hubieron hechos que el auditor no detectó durante su trabajo.

Como contables y auditores, debemos ser conscientes de que recuperar la confianza perdida es una tarea ardua si continuamos repitiendo las acciones que la socavaron. Nuestra profesión juega un papel crucial en la sociedad y demanda una respuesta resuelta y comprometida de nuestra parte. Es imperativo construir una base sólida fundamentada en principios y valores éticos que nos distancien de ceder ante presiones externas y nos impulsen a rechazar prácticas dudosas. Esto demuestra a nuestros colegas que es posible mantenerse firmes y no ceder.

La integridad ética no es una opción, sino el único camino a seguir para no comprometer los principios fundamentales de nuestra profesión. Si participamos en prácticas inmorales o guardamos silencio ante ellas, nos convertimos en cómplices. Por ello, es esencial que confiemos en nuestros valores morales para discernir adecuadamente los límites de nuestras acciones y ser plenamente conscientes del daño potencial que podemos causar.

Cambios en la legislación contable y de auditoria de cuentas como respuesta a los Escándalos Financieros

La promulgación de la Ley Sarbanes-Oxley en Estados Unidos marcó un antes y un después en la regulación financiera. Esta ley, también conocida como SOX, fue una respuesta directa a los escándalos financieros de grandes corporaciones como Enron y WorldCom, que sacudieron la confianza pública en los sistemas de contabilidad y auditoría. Con el objetivo de proteger a los inversores y mejorar la precisión y fiabilidad de la información corporativa, SOX estableció nuevos estándares para todas las empresas cotizadas en bolsa, incluyendo la obligación de los directivos de certificar la exactitud de los informes financieros y la imposición de sanciones severas por fraude corporativo.

En línea con el espíritu de SOX, la Ley 22/2015 de Auditoría de Cuentas en España y las regulaciones europeas como la Directiva 2014/56/UE y el Reglamento 537/2014 han seguido fortaleciendo la transparencia y la responsabilidad en el ámbito financiero. Estas leyes y regulaciones son un claro indicativo de que la ética y la integridad deben ser la piedra angular de la profesión contable.

Estas reformas legislativas nos recuerdan que debemos mantenernos vigilantes y comprometidos con los más altos estándares de conducta profesional. Solo así podremos garantizar la integridad de la información financiera y reconstruir la confianza que es fundamental para el funcionamiento eficiente de los mercados y la protección de los inversores.

Estas leyes son un recordatorio de que la ética y la integridad son fundamentales en nuestra profesión. Como contables y auditores, debemos abrazar estos cambios y verlos como oportunidades para demostrar nuestro compromiso con los valores morales y la excelencia profesional. Solo así podremos reconstruir la confianza y asegurar la solidez de los pilares financieros de nuestra sociedad.


Descubre más desde Asiento descuadrado

Suscríbete y recibe las últimas entradas en tu correo electrónico.

Deja un comentario

Tu dirección de correo electrónico no será publicada. Los campos obligatorios están marcados con *